Esto sólo va a ser publicado cuando pasen 10 años de lo que aquí relato.
Hoy es 3ero de junio de 2008.
Todo esto sucedió el día de ayer.
...
Tengo 16 años, él va a cumplir 22 en unos días.
Son las 11: 23 pm en el reloj de la pared.
Estoy en el piso de su sala dibujando con lápices de colores,en braguitas y con una sudadera suya; mientras él está trabajando, le han encargado la corrección de una cosa que alguien escribió y le van a pagar por ello.
Mi mamá está en Texcoco y la extraño.
Él está demasiado concentrado en lo que hace. Me siento sola.
Dejo mi dibujo a medias, arreglo mi voz para sonar más dulce y con un tono tierno lo llamo por su nombre
— Omar...
— ¿Qué pasa, nena? -pregunta sin despegar los ojos de la laptop.
No digo nada. Espero a que me vea.
—¿Qué pasa? -Voltea y pregunta.
Ahora estoy haciendo un puchero.
—Preciosa... -Dice con algo de risa en la voz.
Yo no digo nada. Sé que después de ese "Preciosa" él viene corriendo a dónde yo esté y me besa; sin embargo, sólo funciona si yo pretendo que no quiero que me bese.
No tengo idea de por qué, pero termino siguiendo los jueguitos.
Así que ni siquiera volteó a verle y sigo enfurruñada.
—Nena...
Ni lo veo
—¿Ya me vas a decir que pasa?
—No
—Nena... no tengo tiempo para jugar ahora.
Puchero como niña de 6 años
—¿Me vas a decir qué tienes?
—No.
—Ok. Entonces déjame trabajar tranquilo
—Pero...
—Pero nada. Tengo algo importante qué hacer.
—Pero amor yo...
—Tengo que terminar esto.
—Sí, pero yo... Estoy balbuceando y queriendo llorar.
— ¿Quieres que te compre algo en nuestro aniversario o no? -ahora suena enojado.
No digo nada. No lo miro.
Odio como se ve cuando se "enoja"
Hace que mis bragas se mojen instantáneamente.
— ¿Quieres que tenga dinero para ir por ti a la prepa o no?
Repentinamente me he quedado muda.
Estoy asustada porque él está enojado de verdad...
Lo veo acercarse, sólo puedo mirar el suelo, mis dibujos, los colores.
—Si quieres te abrazo y te beso.
Ambos sabemos perfectamente bien
que eso me va a llevar a follarte como la putita que eres.
Si quieres no termino esto y no lo entrego mañana.
Si lo hago no tendría dinero para cumplir tus caprichos,
¿Eso es lo que quieres?
Estoy molesta ahora.
¿Mis caprichos? Una mierda.
Yo no estoy con él por su dinero.
Comienzo a morder mis labios para no decir nada que no deba.
Él se da cuenta de que me estoy haciendo daño y toma mi cara por la barbilla y para obligarme a mirarlo.
—Dime, ¿eso es lo que quieres? -insiste.
Sigo mordiendo mis labios.
—¿Eso quieres? Contesta.
Su mano pasa de mi barbilla a mi cuello y aprieta un poco.
—No -apenas puedo decirlo.
—¿Entonces qué quieres? -suelta mi cuello.
No puedo aguantar más
—¡No quiero nada de ti! Vete a la mierda...
Intento pararme y me retiene tomándome de la muñeca con fuerza
—No me hables así.
— ¡Te odio tanto! ¡Eres un imbécil!
¡Te odiooooo! ¡Te odio! ¡AHHH! ¡Imbécil!
*Forcejeo*
—Suficiente. Vete a dormir.
—¡No quiero!
—No fue una pregunta.
—No quiero irme a dormir -digo y bajo la vista.
—Vete a dormir. Es una orden.
Mi dibujo choca contra mis ojos otra vez: él regalándome un oso de peluche gigante por nuestro aniversario. Soy tan cursi... maldición.
—Vete a dormir. Estás de mal humor porque tu hora de dormir era hace tres horas.
Me levanto del suelo, mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas, pero me aguanto.
Me voy a la cama.
Me hago bolita y lloro en silencio hasta que, sin darme cuenta, me quedo dormida.
Un par de horas después, Omar entra a la habitación.
Lo escucho desvestirse.
Viene a acostarse silenciosamente a mi lado en la cama.
Cree que estoy profundamente dormida, así que me besa frente con suavidad y me dice en voz muy bajita
—Te amo, nena. Lo siento.
Abro los ojos y digo
—Amor...
—¿Te desperté? ¿Qué pasa, princesa?
—Extraño mi a mi mamá...
—Lo sé. Sólo me dices que me odias cuando la extrañas.
—Perdón... Sólo quería un abrazo...
—Ya te estoy abrazando, preciosa.
—Sí, pero...
—Shhh.... No más groserías. Estoy agotado.
—Umh... ¿Si terminaste?
—Sí, nena. También vi tu dibujo, te quedó muy bonito.
¿Eso quieres de regalo en nuestro aniversario?
—Tal vez... Si no puedes, lo entenderé... Pero si me gustaría mucho.
—Lo tendré en mente.
—De todas maneras yo tampoco tengo dinero y no sé qué regalarte. Así que no tienes que regalarme nada si no puedes... Yo...
—Shhhh... No pienses en eso ahora. Ya cierra los ojos.
Lo hago y él me besa los párpados.
—Perdón... Sabes que me acelero y...
—Descansa, preciosa. -Dice y me envuelve en sus brazos.
—Sí... Tengo mucho sueño.
Cierro los ojos, él me besa la frente.
Intento que sus latidos me arrullen.
Un rato pasa.
—Omar...
—¿Qué pasa, nena?
—No puedo dormir...
—¿Por qué? ¿No tenías mucho sueño?
—No sé... No puedo dormir
— ¿Quieres que te ayude?
—Sí...
—¿Y tus modales?
—Por favor, ayúdame. No puedo dormir.
—Muy bien. Tengo algo especial para princesas que no pueden dormir.
Se incorpora, prende la lámpara de noche y se hinca sobre mí.
Sonríe y aparece en su rostro esa expresión:
Comienza el juego.
Ahora él va a tratarme mal y yo lo voy a disfrutar mucho.
Al principio me asustaba mucho y me confundía.
A veces aún no lo entiendo, muchas veces me asusta tanto que me paralizo... pero me ha enseñado a obedecer y me da premios cuando hago bien las cosas.
—Es un remedio mágico que sólo producimos los novios.
Es buenísimo para dormir princesas-perritas como tú.
Comienza a sacar su miembro del boxer.
Yo empiezo a salivar. No puedo dejar de mirarlo a los ojos...
Me fascina cuando jugamos así.
—Sólo hay una manera de obtenerlo.
Tienes que esforzarte mucho, mucho.
No se vale usar las manos, entendido?
—Sí
Bofetada.
—¿Sí qué?
—Sí, amo.
—Muy bien, qué niña tan linda y educada.
Tal vez te deje tocar tus partes de princesa si te sigues portando así de bien.
—Me voy a portar bien.
—Bien putita, así me gusta.
Acaricia mi cara.
Esa combinación del dolor de la bofetada y sus dedos tocando suavemente la zona afectada me eriza la piel.
—Como te decía, es difícil obtener la poción mágica de los novios, pero si te esfuerzas y lo logras, vas a dormir muy bien y soñar cosas hermosas como gatitos y hot cakes y pikachus y todo lo que más te gusta.
Acaricia mis labios con su glande.
—¿Te vas a esforzar, nena? ¿Crees poder meter todo esto en tu boquita?
Pone su miembro sobre mi rostro, me llega de la barbilla a la frente, sus bolas descansan cerca de mis labios, las beso.
—Sí amo.
Y ya no puedo decir nada porque un segundo después tengo la boca llena.
¿Por qué hace un segundo me llamaba princesa y ahora me dice estas frases de película porno mientras me corta la respiración poniendo su escroto sobre mi nariz?
—Perrita, lame mis bolas.
Lo hago.
—Ponlas en tu boquita.
Acerco mi mano para poder introducir sus bolas en mi boca y él abofetea mi cara.
—Sin hacer trampa, perrita -dice y me hace atragantarme con su pene.
Realmente le molesta que no cabe por completo en mi boca.
Me abofetea una vez más con la mano y un par de veces con su miembro. Mis bragas están empapadas.
Quisiera tocarme, pero no me ha dado permiso.
—Para eso eres mi perrita. Ahora lame mi culo.
Lo hago y le escucho gemir.
También estoy muy excitada y quisiera pedirle permiso para tocarme, pero en ese momento él dice "Perrita, tu premio" antes de embutir su miembro en mi boca hasta que se corre en el fondo de mi garganta. Sin tener otra opción, me trago todo
Se recuesta a mi lado y me dice con mucho cariño:
—¿Te gustó tu lechita, preciosa? -luego me toma en sus brazos y empieza a acariciar mi cabello.
—Sí, amor. Gracias.
—Duérmete ya. -Dice y empieza a mecerme un poco.
Se queda dormido antes que yo, pero no deja de abrazarme.
Me quedo dormida sin notarlo.