Bienvenidos a mi Blog

Cada vez iré recordando y escribiendo más. Y el recuerdo es el idioma de los sentimientos, si... Amo vivir así, lacerándome dulcemente... Además parece que me especializo en causas perdidas, las pierdo primero y luego me largo tras ellas como una loca. Igual que Oliveira.
Amo a Julio Cortazár.

viernes, 18 de febrero de 2011

La conexion especial

Un hippie o lo que sea que fuera me venía siguiendo desde la parada del autobús.
 Me pregunto mi nombre y le dije que me llamaba Alicia. El dijo llamarse Ramiro.
Y me hizo la plática, se veía inofensivo. Pero olía muy mal, como a sudor, a orines, a suciedad de más de tres días y a hierba; pero no hierba fresca y rica; No. nada mas apestoso que la mariguana o lo que fumase. Sabes cómo soy de delicada con los aromas. Por no dejar, venia oyendo lo que me decía, que según él había conocido a la única chica que había amado antes gracias a una casualidad.
Léase equivocación.
Tal vez sea el destino. Me hablaba de eso y del plan diseñado y bla bla.
Si no hubiese yo leído antes a Cortázar (no sería yo) y me habría impresionado muy fácilmente.
Que es vegetariano y hay una marca de comida que se llama como su antiguo amor: Anita.
 O sea ella se lama Ana; que no llego a conocerla bien. Era bonita e inteligente.
Le hubiera gustado conocerla más. Y me contó fue que la conoció: Justo un día que andaba por la merced y agarró una ruta alterna para ir a comer o algo así y la vio sonriéndole (a él) desde una ventana.
Pero como ella era bonita creyó que estaba jugando o iba a jugar con él dependiendo de la forma en la que veas el tiempo que realmente es relativo. O relativamente real. —Ahora no a no es tan delgadita y, —dice que según él siente que le hizo daño. —Ahora esta gordita, como que le agarro la depresión y como no le hacía caso se puso así: mal. Hasta de la cara; —e infló los cachetes. Fueron estas algunas de sus exactas palabras al relatarme la historia de su desamor. Y no es que me interesara, pero ahora que me siento más sola pongo más atención a la gente que me habla. Sobre todo a como hablan; no soporto las cacofonías, ni la sinestesia… Pero que él se sentía menos. Que no se sentía con el valor de decirle algo abiertamente.
Pues siendo ella tan bonita… en fin. Siguió con eso, narrándome con su voz pastosa cada vez que se daban picones entre ellos. Que un día en un evento de reggae se portó muy mal con ella.
Pues teniendo fama de Casanova (ah sí, claro) no iba a estar esperando a que Ana le hiciera caso, y pues como había otras dos (te digo un rompecorazones) y una se llamaba Diana se sentía atrapado y pidió una señal. Así en medio de su superstición algo le dijo Diana. Pero que luego que lo volvió a interpretar tal vez fue un Di-Ana. Quién sabe. Además había otra de la cual ya no me dijo nombre.

 En fin el día del evento ese ella (Ana) estaba sola y él se fue con Diana para darle celos a la primera.
Al último ésta se enojó y se fue con otro. Con el que después se estaba besando. Así de descarada enfrente de él. Vaya que infantiles. Sin embargo apenas y yo decía algo él lo afirmaba como si hubiese dado con el hilo negro del mundo. Me miraba a ratos con atención y sus ojos pequeños y amarillentos parecían tener un poco de brillo. Me sonreía. Era un tanto más bajo que yo. Tenía barba hipiosa no muy larga, más bien como de unos tres días. No por estar muy abundante sino por estar muy descuidada. Su ropa no tenía nada que ver entre sí. Ahora que lo pienso así debían de verse lo ciegos de Saramago. (Yes, yes) le dije que lo entendía, que sabia como se sentía de solo y desesperado. Que solía sentirme igual y es justo cuando te das cuenta de lo que hiciste más y dices: ya prometo que voy a cambiar.
Que dices: ¿Cómo es que fui así de estúpido? Y también le solté un poco de mi choro.
Evitando mirarlo directamente a él. Así pues iba viendo hacia el frente y haciendo ademanes con las manos como cuando quiero expresarme mejor. Él no dejaba de mirarme, y no pude más con esa pesadez y voltee a verlo. Con un gesto entre sorpresa y gozo dijo que hablaba como si ya me hubiera pasado antes.
Si. —Varias veces?— pregunto mirándome fijamente.
—No— y negué con la mirada fija en el suelo; —sólo una y con eso aprendí.
Eso lo sorprendió más que cualquier otra cosa.


Parecía un conejito lampareado cuando llegamos a donde vivo.
Quería que le diera mi teléfono. Y pues tú sabes, le decía la verdad. Me acabo de mudar y eso.
—No tengo, —le explique. —Te doy mi correo, te lo apunto en tu periódico; —traía uno de esos del grafico o yo que sé.
—No tengo compu— dijo él. Luego armándose de valor añadió
 —Paso por ti el sábado. (¿Sí?)
—Pero no creo que pueda salir. —Contesté yo sencillamente
— ¿Como a qué hora?— pregunto más sediento aún de un sí.
—No sé… —Y así. Ya estaba por entrar pero simplemente no se iba; hasta que vi a mi papá que venía hacia acá con una bolsa de maíz pozolero en la mano. Antes de que mi papá cruzara la calle le dije:
—Mi papá dice que carbón que traiga a la casa, carbón que mata.
— ¿Y crees que me mate a mí?— pregunto sonriendo. Ya pues los tuve que presentar.
Papi, Ramiro. Ramiro, mi papá.

—Como está señor. ¿Va almorzar?— y lo saludó de mano y toda la cosa.
Quería verse educado pero con ese olor. (Puagh!) Deja tú la finta es lo de menos pero no soporto que un hombre huela mal. Tal vez por eso mismo me encantaba Omar. Olía tan rico… empiezo a distraerme con este recuerdo impregnado de sándalo y le apenas le oigo decir que es comerciante.
Tenía que impresionar a papá, no podía sólo decirle “vendo camisetas en el zócalo” y luego vuelvo con Omar; me gustó eso que dijo Ramiro. Aunque no sea un gran poeta, fue sincero.
Lo cito: “como que sigo pensando en ella porque de alguna forma ella sigue recordándome.
 Sigue pensando en mí. Como una especie de conexión” Sí; por eso aun pienso en él, porque él piensa en mí. Suena tan dulce, es lindo pensar en ello. Pensar en él pensando en mí. Omar…

Escucho su voz tímida aparentando ser fuerte al preguntar:
—Me dejaría salir con su hija el sábado. De verdad me gustaría.
Para que vea que mis intenciones con su hija son buenas.
Papá me miraba de un modo imperceptible para él y yo del mismo modo sutil dije que no con un movimiento de cabeza muy bien disimulado. Entonces se oyó la voz dura de mi padre diciendo que no, que estaba castigada. Por suerte yo le había dicho que estaba en quinto por deber una materia. Y así pues no sonó tan mal el pretexto. Lástima. Luego de verse así, rechazado por el papá de la que pretende se excuso para irse. Aunque hay que reconocerle que no salió huyendo en cuanto vislumbro a mi papá como hizo el chino aquella vez.
—Bueno pues yo les dejo. —Explico si pena para retirarse.
—Sí, si un gusto. Adiós. Papá entra primero y cuando doy la media vuelta para cerrar la puerta blanca y metálica, él pasa por donde pueda verlo y me guiña el ojo.
Yo le digo adiós con la mano, le doy alcance a mi papi y le digo:
—Que bueno que llegaste, ya no sabía cómo quitármelo de encima.
Cosa que si el por error oyó seguro se sintió muy desencantado.
 En fin, no es mi culpa. Él fue quien quiso acercarse a charlar, él me echo los perros.
 Primero indirecta y luego directamente. Yo no lo atraje. O no que yo sepa.
Jamás en mi vida he deseado que mi pareja sea un hipioso y que para colmo huela mal. Muy mal.
 No soportaría estar a solas encerrada con él. Este olfato, bendito olfato no se que haría sin él.
Por eso odio estar resfriada.

Y ahora que ya escribí todo esto que me pasó desde un poco antes del medio día y ya pasan de las diez de la noche me pregunto que estará haciendo el. ¿Donde vivirá? ¿De dónde saco el valor para seguirme y hablarme? ¿Será que iba tan enyerbado que no sabía lo que hacía?

¿O los hippies no tienen complejos? Entonces; ¿Como fue así de tardado y tímido con la otra y a mí me tira la onda en cuanto me ve? Cosas de la vida supongo. Bla, bla, bla.

Ay cuanto extraño a Aldo… y a Omar. Y a Alejandro que se parece a Edward Norton.



Si... conexiones... co-existencias

El sandalo y el rosa mexicano

Soy un cronopio malvado. Apenas logro mi objetivo y me alejo felizmente a recluirme a mi cueva. Y tal como estoy ahora, tal vez me gusta estar sola; me apena cada vez más salir con mi familia a lugares públicos. Y sé que está mal sentirse así, y peor aún: pensarlo y escribirlo. Pero que le voy a hacer. Casi no hablo con nadie, no suelo platicarle mi vida a cualquier extraño y menos a esos que se hacen llamar amigos. Tú sabes cómo somos de volubles a esta edad.


¿Que cuál fue mi objetivo esta vez? Pues, un poco de incienso de sándalo y la película que no sirvió de Biutiful.

Acabamos de llegar de la calle, de la zona rosa y aledaños: andábamos de paseo por ahí, buscando, según, un bazar de pantalones desde 49 pesos. O sea, nada más perdíamos el tiempo por ahí. Y yo no había comido nada desde la mañana, a eso de las nueve; ya pasaban de las cinco cuando encontramos a mis padres en la estación del metro señalada. Tenía hambre e iba pensando un poco en escribir lo chido que platique con Beky. Es decir, esta vez sí pude hablar yo. Sugoe!!! Era y es casi increíble el hecho de que yo le platicara del chico del que me enamore en el camión, de unas cosas de Kyro y Aracely, puesto que surgió el tema de mi hermano y de que ella quería robarle un beso. Entonces le pedí que no lo hiciera y le expliqué que mi hermano termina odiando a las chicas, en especial a mis amigas, que lo besan a la fuerza. Tú sabes como es mi hermano de especial en eso de las mujeres, incluso algo quisquilloso diría yo, pero bueno que se le va a hacer. Ya pues iba yo hablando de eso y luego empecé divagar un poco, según ella me entendía y yo le dije: es que hablo como pienso. Si, si tienes suerte de tener a alguien como yo que te entiende. Ella cree que me entiende, a veces me pregunto si es así, si de verdad me entiende. Ojala así fuera.

No entiendo cómo es que los seres humanos siendo tan egoístas buscamos compartir, una cercanía, un reflejo en el otro. Un yo que sé, algo que te obliga a mirar los ojos de un extraño y hablar de amor a primera vista. No comprendo porque nos buscamos lo unos a los otros como murciélagos en un campo abierto, como una pulga busca un trozo de piel mientras se encuentra a punto de ser examinada bajo el microscopio, como algo que nadie sabría precisar bien, si es que alguien además de mi se para a pensarlo.

I Heard the news today oh boy… and the news was:
El rector de la unam hizo una capsula de tiempo en la cual metió cosas de estos días y que se abrirá en cincuenta años, es decir cuando yo tenga la edad de mi abuelito hoy en día: 68. Me pareció interesante, de hecho, maravilloso, yo creí que ya nadie creía en el futuro.

Oh mi cuarto huele tanto a sándalo… mmh una delicia. El sándalo en la piel, en su piel.
También hoy conocía a una amiga de Rebeca que se llama Sulem, la cual me agrado y según esto quere estudiar dos carreras, una y luego la otra; y terminar un doctorado de derecho. Su otra carrera es la psicología, le pedí que me hablara de ella, y para tal efecto tuvo que sacar sus apuntes. Oh si gran doctora que va a ser si saca sus apuntes. En si no me dijo nada que no supiera, bueno si, una cosita: rino algo.
O algo así, no me acuerdo bien, el punto es que eso es una especie de trastorno ligero, en el cual el susodicho no puede tener una relación sexual si no hay cierto aroma presente.
Rebeca dijo: oh esa es la tuya Mary. Odio que me diga Mary pero que le vamos a hacer. Jejeje.
No sabía ella, Rebeca, que era un fetiche y medio le explique, pues de inmediato se sonrojo y se puso a mirar el suelo; íbamos encaminando a Sulem a la salida, ya no le hable de fetiches.
 Y le dije a Sulem que mejor hablábamos mejor otro día. Si bye, bye… ya veremos el viernes.

Había otro de esos detallitos que la gente moral llama fijación, el cual Sulem dijo que era terrible, el de un hombre que, siguiendo las palabras exactas de su ejemplo:— te ha pasado no? cuando vas en un micro y se te re-pegan.— Afirmó, ella, con la cabeza como si hubiese dado con el hilo negro del mundo.
Vaya súper ejemplo. Y a mí que me encantaba que Omar se apretara y se frotara así contra mí; por lo tanto él era un pervertido, yo pervertida... par de pervertidos… oh how did it happened, I’ll do anything just to be her girl… —Incluso hay unos que se masturban— se oyó de nuevo la voz de Sulem al ver que no decía nada; a Rebeca se le marco una enorme mueca de asco al oírlo.
Yo no dije nada. Oh que rico pensé yo mientras imaginaba a Omar frenético jalándosela frente a mí, diciendo entre jadeos: “quieres tu lechita”… pero claro, hay que aparentar indignación, compasión, empatía y/o eso por las pobres mujeres abusadas de esta manera. Pregunto apenas con asombro en la voz:
—Ah sí!?,—no logro evitar sonreír y para disimularlo me subí el cuello ruso de mi suéter a la barbilla ocultando mi sonrisa y mi sonrojo —¿En serio?— Recalco con fingida sorpresa.
—Sí. —y asiente de manera concienzuda cerrando un tanto los ojos, Rebeca esta que no aguanta la idea y yo... Que delicia Omar… le digo mientras me lo trago todo y él me sonríe presuntuoso desde arriba.
Me acaricia el rostro, orgulloso de lo que le hago con mi boca…
—Que malvados— dice Rebeca, y ya empezamos a caminar, y Sulem, iba diciendo algo más pero ya no la oí tanto. La miraba como con cara de que entendía lo que estaba diciendo, aunque ya iba sumida en otras ensoñaciones. Rebeca en este caso era la más interesada, en seguida ella empezó a hablar, en este punto es más femenina que yo pues siempre mete el típico: “entiendo lo que dices o lo que te pasa, me ha pasado lo mismo…” Luego de eso comienza a hablar y ya no puedes agregar nada más. Ptttt, luego Sulem se fue. Beky y yo fuimos a la biblioteca, ya le mostré mi scrapbook. Y si le dedico atención, no tanta como habría deseado, pero no se puede pedir más viniendo de un Aries.

También, antes de ponerme a fantasear con su fantasma oí decir a Sulem que realmente cuando queres olvidar a alguien, mientras más lo intentas más lo recuerdas. Y que había un truco para que esto no fuera así. Recordamos a color; yo con olores y sabores y texturas y sonido y todo. Y así pues el famosísimo truco es convertir tus recuerdos a blanco y negro.

Oh vaya… Every time you close your eyes dicen los Arcade Fire.

Ahhh, si suena lindísimo, a ver si funciona.

—Pero hay un enorme problema con eso. —le dije a Beky (que para el caso es Rebeca pero es muy largo) cuando salimos de la biblioteca y ya había mirado mi scrapbook. Me pregunto si debería enseñárselo a Aldo… el scrapbook, no el truco.
 —El problema, —le dije ahora si a Beky-Harley, —es que su piel era blanca y su cabello negro.
De inmediato me pregunto:
—Qué color no te gusta?—
—Rosa —conteste yo automáticamente.
—Si piensa en rosa, rosa mexicano— añadió con entusiasmo infantil revoloteando a mí alrededor, —recuérdalo en ese color.

Y justo íbamos pasando por la reja esa que protege al cocodrilo de ojos de dos colores donde causalmente algún ocioso había dejado un envoltorio rosa de aluminio, rosa casi mexicano.

—Oh y apareció justo cuando dije rosa mexicano— decía Beky al borde de gritar.
—Sí, sí, el destino!— dije tratando de que se calmara. Destino? Casualidad? Ya pues lo quite de ahí y finalicé con un:
—lo pegare en mi scrapbook!

Y ahí está por si un día quieres verlo.

Rosa mexicano...

martes, 15 de febrero de 2011

Otra idea…

En el cielo, al crepúsculo eres como una nube tu color y tu forma son como yo quiero.
 Eres mío, eres mío amor de dulces labios vives radiante en mis infinitos sueños.

Como te siento mío en mis sueños solitarios eres mío, eres mío,
grito en el mundo onírico y sueño con tu piel de nieve y tu mirada nocturna.

En la prisión de mi recuerdo estas cautivo, amor mío.
 Poseo tu corazón en el país de los sueños.

Y así vivo: pensando, enredando sombras en la profunda soledad cuando estas lejos,
más lejos que nadie en la hora de la nostalgia y aquí te amo,
en la oscuridad que se descuelga del ocaso en mi cama desierta.

Aquí te amo y amo lo que no tengo.

Ahora estas tan distante.

Y así es, y los relámpagos bordean tus manos diseñando curiosas sombras en tu cara.
Tú: fantasma solitario tiemblas sobre la cornisa
y ríes con furia y te encuentro infinitamente malévolo y delicioso.

Te vuelvo a apresar entre los muros infranqueables de mi memoria y convierto el bulto informe y sombrío que reposa a mi lado en la oscuridad en tu cuerpo de nieve. Y así, sólo así puedo quererte.

Como si tú, amor, un día te murieras, y yo te amara al día siguiente.
Te amaría ese día, aun después de ver como entras en tu sepulcro para no salir jamás.
Te amaría además, luego de verte reposar ahí esperando la venida del futuro
 de la muerte y su tibia claridad.

Pero, para no extrañarte, para no esperar hasta ese día
 te recompongo la boca que yo adore
 la reconstruyo de las cenizas del último beso del adiós.

Te recompongo de tus residuos,
y tus brazos, y tus ojos, y te doy la vida y te hago andar de nuevo.

Guardas mil secretos que te hacen indescifrable y confuso, inaccesible y oscuro.
Infinito, desolado y magnifico.

Así amor, llegas con deslumbrante luz en la mirada, y así te busco entre los vivos.
 Lo deseo mi amor, este día te lo consagro con inmovilidad,
como si fuese un día azul lleno de luces eléctricas
y sándalo en el viento y nuestras manos fuertemente unidas.

Ya nada podrá separarnos.
 Ese día esperaremos juntos el destierro de esta existencia, de esta vida: la verdadera vida.

 Pero soñaremos todos los sueños y cumplirás tu promesa
y yo dejare de desear tu muerte y de planear tu asesinato.
 Y así no se cumplirá mi sueño.

Pero estarás ahí, y eso es lo que importa y serás tu… pero
Hará falta tu nombre, me pregunto.

Harán falta los nombres y los rostros cuando alcancemos esa absoluta oscuridad.
Como describirte para que sólo yo sepa que eres tú?
 para no gastar tu nombre y sólo tú sabrás que eres tú de quien estoy hablando.

Entonces miro atrás, buscando semejante descripción.

Hallo una gaveta en mi mente con la leyenda “cosas a olvidar” quizá algo de ahí me sirva.
Lo que no se olvida, esa tontería, menuda tontería.
No tiene propósito alguno poner algo así tan a la vista.

Porque realmente no se olvida,
 y detrás de cada tormenta y cada espejo
no hay nada más que un frio en los dedos e
 imágenes que tratamos de enredar en el cabello de la desmemoria.

Y no es culpa de nadie. No realmente.
Yo te quise, a veces tú también me querías.

Las luces se vuelven reflejos de acero y tu cara aparece entre esas sombras luminosas.
Mis mejillas arden y el desconcierto me hace dibujar una sonrisa que quema tu cuello
los acordes fluyen por tu pelo negro y la luna nos acaricia y desdibuja con humedad.


>>Y haces falta mi amor, me haces falta.<<
Pienso lanzándome a tus brazos, a tu encuentro.


Y hay un montón de cosas bonitas para describirte:
como un latido de salto y muerte, un océano sin alma.
Una solitaria hora olvido, recuerdos y redención de la memoria.
Certidumbre de lágrimas, fantasma encadenado a las líneas de mi tiempo.

Y no tienes fin, y tu nombre y/o el mar del cielo, dormido durmiendo.
Tu rostro y tu pecho palpitando resplandecientes de placer,
como el placer de un rayo moribundo y polvo de mariposas
como sabanas cubriendo tu desnudez, y es todo tan oscuro y tú tan luminoso.


Tan muerto o tan vivo, dependiendo de mis ganas de ti
y de esa somnolencia aceitosa que desprendes al mirarme
luego de intuir súbitamente la explicación del mundo y de un orgasmo
y me sumerjo en el placer de tus ojos crueles, tus labios, tu tiempo y tu cuerpo.


Ahora mi corazón se agita golpeándome el pecho y todo es movimiento.
Vienes de nuevo a buscarme y yo sintiendo en los pies
el escozor de ser elegida como una flor entre muchas otras en el jardín de Darío.

Atraído hacia mí, como yo hacía a ti, no puedes separarte de mi lado.
No buscas más que complacerme, porque te he dicho que eres mío,
que me perteneces, que te pertenezco, que somos dos partes de un todo
yo soy la parte real e imperfecta y tú lo que me complementa.
Ondulamos como una cortina en una ventana abierta,
 como la llama de una vela en la penumbra.
 La marea comienza a ascender, mis sienes laten
y sé que es hora de acabar contigo, como por enésima vez.

Tu muerte es lo único que me salvara de tu recuerdo
 pienso
y te lo digo tratando de convencerte
 pero para mi desgracia noto que es cuando más me amas...

                                         Porque justo cuando quiero acabar contigo?


Mi amor es violento, y aunque no lo creas,
llego a hartarme de ti y de todo lo demás.
Es como una bocanada de asco que me viene repentinamente
que corre por mi mente cual si fuese un tigre hecho de neón.

Te prometo que jamás te dejare ir, si tú prometes jamás desvanecerte
pero este tigre con articulaciones de tubos de dentífrico
y todo eso me parece tan fingido y sobreactuado, encorsetado, prefabricado
y las suelas de mis zapatos ya se han gastado y no tengo nada más porque llorar.

Sólo siento un vacío
(no hay nadie a mi lado)

y un trozo de oscuridad rodeándome día y noche
 y es la desolación la que me incita a escribir estas líneas
tratando de no pensar en ti para poder dormir tranquila.

Más es inconfundible esta sensación de hastío
y de la que vida es una mala película con pésimo final
un fracasado reparto y una bola de engaños.
Porque no vienes a salvarme esta terrible y asoladora noche?

Todo esto es un terrible sueño, la única salida es la muerte.


Sé que el día de pronto se te hace noche:
 sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
 sé que soy una idiota al esperarte.
A Julio Cortazar


                                      Necesito inspiración y ya está hecho…
               Que difícil escribir un poema de amor, y/o de desamor que no parezca hoja en blanco llena de palabras ocasionales, sin deber de amar y de ser.
Tengo tu nombre a flor de labios… mira es que he visto una convocatoria a un concurso en el cual debes escribir un poema de amor o desamor, según el caso; y me gustaría escribir uno excepcional, pero nunca he sido buena con los poemas… y es que la prosa es tan sencilla.
Y ahora recuerdo como conocí el significado de esa palabra un domingo por la mañana en la iglesia de mi natal chihuahua; y ese día yo fui con mi abuelo, no por ser creyente, sino por acompañarlo. Eran tiempos difíciles para mí y los míos y es cuando más se cree en dios, así que que le voy a hacer. El punto es que para no aburrirme buscaba distracciones en la humilde capillita, y en eso vi que un señor de una de esas bancas larguísimas de enfrente tenía estampada por toda su chamarra la palabra: prose. Ah, dije yo y le pregunte a mi abuelito que que era la prosa (caí en un condado falso) y me dijo: no es momento para que andes preguntando eso, y lo dijo un tanto molesto, así que no insistí. Era el momento en el que todos bajan la cabeza en actitud de arrepentimiento, o quizá más remordimiento que otra cosa, y pues es un instante de silencio casi puro y yo preguntando boberías. (Como siempre) Claro está que el estampado de la chaqueta indicaba alguna clase de publicidad de hace años, más viejo que el año del caldo diría mi abuela; y pues que ni qué.
Saliendo de ahí, ya me dijo que la prosa era una forma de escritura que no está en verso, es decir a renglón seguido. Vaya, así que eso es la prosa. Cosa fácil, así siempre he escrito y ni me había dado cuenta, así escribo mis sueños, que en ese tiempo era lo único que escribía. Y lo único que leía era pura poesía, por no decir poesía pura que suena muy romántico.
I’m burning and I´m blacking my lounges, boy you know it feels good whit some fire back on your tongue. And, don’t approve a single word that I wrote.
Tenía una idea, va más o menos así:
Lento… te recuestas lento/ y en la otra orilla de la cama/ está impreso un hueco/ palpable en las sabanas…
Pero eso no tiene nada de rima no métrica ni nada por el estilo. Y es que me he prohibido tanto las cacofonías que ya no se rimar. Pero, algo habrá de ocurrírseme, al fin  y al cabo, como le dije una vez a Omar, <<de que me sirve leer tanta poesía si no puedo expresarme bien.<<
 Porque se me acaban las palabras, o quizá lo que se me acaba es el valor para decirlas, yo que se.                                                  
      He pensado que para que yo pueda hacer un poema debo primero pensar en las palabras que van a rimar y luego hacer el resto… pero aún no se me ocurre nada.
Y al contrario, la prosa se me ocurre tan fácil. Basta mirar algo un poco para querer describirlo, para querer decir algo de ese algo. Ya sea una imagen o lo que vi en una persona tal día o x cosa.
Por ejemplo: a veces me siento un poco harta de pintar en corel y me voy a echar un rato a la cama, y ahí, en las blancas paredes que un día que hicieron sentipensar que estaba ciega, tengo pegados unos recortes de hombres que considero sexys.
Son apenas tres, si pusiera a todos jamás acabaría.
Y esos de ahí son tres que están sexys, uno es Hugh Jackman caracterizando a Wolverine (imagina que tengo una hemorragia nasal) y lo saque de una revista de videojuegos, es completamente Wolverine ese hombre y sacando las garras con los brazos cruzados sobre el pecho mira hacia arriba con cierto coraje, su pecho es velludo, sus brazos también y la imagen se acaba dónde termina los codos. Lástima que no se vea su vientre, me encantaría ver como es de velludo, que caminito a la gloria forma. Otro es uno de una etiqueta de ropa interior que me robe porque estaba muy sexxxy,  para mi desgracia no está desnudo sino: ¿Tendría chiste que fuese de una marca de calzoncillos para hombres?
No…
O quizá sí tendría más chiste que dijeras o dios voy a comprarlos para mi novio… pero bueno que ese no es el punto, es un torso masculino lampiño y marcado esculturalmente, se ve hasta la barbilla del tipo y un poco más debajo de la ingle, a donde le llegan las manos casi llegando a las rodillas, incluso sus manos son muy sexys.                                  
 Y el último y más importante es uno que está completamente desnudo y húmedo, pues se está dando un baño y en ese baño me encantaría estar mirándolo de cerca, siendo el agua que corre por su piel, lampiña también; y acariciando su pecho que es perfecto, sus brazos ni se diga el abdomen tan exquisitamente esculpido, el ombligo justo en el centro de esa grata anatomía, el cuello delicioso y echado levemente hacia atrás, como ofreciéndomelo, y en el rostro tiene una expresión de gozo que pareciera que está teniendo un placentero orgasmo y ya sé que yo veo eso en cada hombre de los libros de fotografías que miro en la biblioteca, pero…
Este es maravilloso, es el mejor que he visto… de hecho. Y odio que se acabe justo al nivel de los huesos iliacos, justo unos deditos debajo del ombligo se me acaba la diversión y ya no puedo ver lo que también me gustaría mirar: su sexo. Tampoco se ve su rostro, pero el chorro de agua se desliza por esa piel como me gustaría hacerlo a mí, claro no siendo un poco de agua sino con los ojos primero y luego las manos y al último con la lengua…
Hará unos días que me di cuenta de que por más hermosos y perfectos y todo eso que sean esos hombres en las fotografías (también en las de los libros de la prepa) ninguno de ellos me mira. Y ya sé que son fotos, pero me refiero a que la toma o la actitud denota algo que dije: oh es como si me gustara que me evitasen, que me ignoraran un poco, que estén fuera de mi alcance o yo que sé.  
 El punto es que vi que me gustan los hombres distantes, que me enamoro de puros imposibles y así, más enamorada que nunca me puse a mirarlos en la oscuridad. Y recordé también como me gustaban los vaqueros de los anuncios de Marlboro, que además de ser hombres atractivos, traían ese fetiche que me enloquece. Y para acabarla de joder la sombra de los sombreros les cubría hasta la punta de la nariz haciendo que solo se vieran los finos y apetecibles labios con el cigarrillo. Que dije antes: misteriosos, no que mentirosa eso no lo dije; distantes, fríos hasta cierto punto, que se vean como hombres, que te derritan con una mirada y no una de esas prefabricadas de no sé qué malas novelas y películas rosas, sino genuina. Que ocultan su atractivo, sabiendo que el poder de esos ojos finos como los labios puede matar y lo guardan hasta el último instante.                            
Y porque lo veo así? Porque así me quiero ver a mí: distante
All the promises we broke… 
maybe I should burn your ghost down

No lo sé, cambio de buenas a primeras y en realidad no sé qué es lo que quiero, pero si se lo que me gusta. Y a cada uno le busco algo que me atraiga, yo que sé.
Se me seco el cerebro… (Raro en ti)


























































































Es perfecto, pero es muy largo. Y lo máximo son dos cuartillas.
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